En México se ha descubierto un templo dedicado al Xipe Tótec, una deidad prehispánica de la fertilidad y la guerra. El templo es el primero dedicado a la deidad, cuyo nombre significa “Dios desollado”, que fue adorado por numerosos pueblos en el centro y oeste de México y la costa del Golfo.
El hallazgo se realizó durante trabajos de excavación en las ruinas del sitio arqueológico Ndachjian-Tehuacán, en el estado de Puebla. El templo fue construido por los popolocas y probablemente fue utilizado durante el período 1000-1260, antes de que los aztecas conquistaran a la población local y antes de la llegada del conquistador Hernán Cortés.
Según la evidencia, los investigadores creen que los sacerdotes de la deidad sacrificaban y desollaban a sus víctimas, generalmente cautivas, en dos altares circulares del templo. Luego se envolverían en su piel.
Entre los elementos desenterrados en el sitio se encuentran tres esculturas de piedra de Xipe Totec, a saber, dos cabezas desolladas y un torso, con la espalda grabada con representaciones de las pieles de sacrificio usadas por el dios. El torso mide 80 cm de altura y presenta un agujero en el vientre; Según fuentes históricas, los investigadores creen que se colocaría una piedra verde en el agujero para darle vida a la estatua durante las ceremonias. Los cráneos miden unos 70 cm de alto y pesan unos 200 kg. El torso también tenía una mano extra colgando de un brazo, lo que apoya aún más la idea de que el dios vestía la piel de una víctima de sacrificio.
Xipe Totec era adorado en una ceremonia llamada Tlacaxipehualiztli, que significa “vestir la piel del desollado” en lengua indígena náhuatl. Las víctimas eran inicialmente asesinadas con el uso de diversas armas y luego desolladas, enterrando sus pieles al pie de los altares. Dos agujeros en el suelo llenos de tierra frente a los altares en Ndachjian-Tehuacan probablemente servirían para este propósito.
El anuncio fue hecho por el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.